Recogiendo de nuevo la mochila de nuevos rumbos y llenandola de todo lo necesario para la próxima aventura, hago un pequeño silencio. Un minuto mirando el perfil de una ciudad que me recibio con una caricia inivsible en mi rosotro y la huella de una escritura de agua.
Pero, en esa mochila no solo va la fotgrafia de aquel paisaje, sino también estan colocadas en el rincón de los recuerdos, todas las historia de aquellas personas que iluminaron mi estancia aquí.
A estas personas les digo que....
No se si podré recordar cada una de las palabras que me regalaron, pero me llevaré conmigo lo que me enseñaron.
No se si podré recordar todas sus historias, pero guardaré todos los buenos momentos.
No se si podré recordar su voz, pero enmarcaré la huella que han dejado en mi.
Gracias por hacer de este lugar algo único y espero haber dejando algún recuerdo para sus historias.
Aquella ciudad del viento, estos días me dice hasta pronto, pero me llevo una trozo de su brisa para que siempre me acompañe y me hable de todos mis recuerdos creados alli.
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