Otra vez volví a comprender que servir es aquello que mueve el corazón, aquello que te dibuja una sonrisa en el alma, aquello que te invita a regalar tu luz. Ahora bien, es fácil decirlo pero no hacerlo. No siempre es fácil decir que si y dar una mano a aquel que lo necesita, pero el motor de tu corazón siempre saca fuerzas para seguir iluminando.
Sin embargo, aceptar que estas cansado, que necesitas tiempo para ti, que también tienes limites es muy importante. No vale nada seguir ayudando cuando tu interior suplica ayuda. Acepta, que también necesitas ayuda.
Y cuando gritas voces de ayuda te das cuenta que la unión de luces, que la unión de corazones, te regalan la oportunidad de sentarte y curarte. Es en esa unión de amistad, de fraternidad donde los problemas pierden peso y se pueden vencer.
Sirve para regalar la luz de tu corazón, pero acepta tu cansancio reposando en manos unidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario