miércoles, 10 de febrero de 2010

Regalo

Aquella silueta que nos dejan los labios cuando la alegría atraviesa el rincón de nuestra mirada.

Aquel brillo que se dibuja en nuestro rostro cuando se siente el calor de la amistad abrazando tus recuerdos.

Ese pequeño giño del corazón, que amanece tras reencontrarse con la ternura de la bondad.

El resultado de la humildad de una muestra de cariño.

La luz que le regala a unas alas heridas la posibilidad de levantar el vuelo otra vez.

Que iluminado sería cada día, si lo llenáramos de este pequeño regalo. Un obsequio tan humildes, simple y que a veces optamos por desterrarlo de nuestra senda. No es grande, pero si nace del corazón es capaz de recorrer kilometros a través de la mirada del mundo. Puede estar envuelto de paz o traer consigo la inquietud de la felicidad.


Que el regalo de una sonrisa despierte y acompañe cada día de tu camino.

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